Reseña anime - Orange

Título original: Orange
Estudio: TMS Entertainment

Director: Hiroshi Hamasaki

Género: Shoujo, drama, romance, amistad, recuentos de vida

Episodios: 13

Sinopsis:

Todo el mundo se arrepiente en la vida. ¿Y si pudieras tener la oportunidad de cambiar el pasado?

Cuando Naho Takamiya, de 16 años, recibe una carta de quien dice ser su yo del futuro (una Naho de 26 años ya), su vida cambia completamente. En sus cartas se predice de forma exacta cada cosa que está a punto de pasarle. La primera carta le explica cómo un nuevo estudiante transferido llamado Naruse Kakeru llegará a su clase; su Naho futura le advierte que no le quite el ojo de encima. ¿Por qué? Naho deberá decidir si hacer caso a la críptica advertencia de la carta o no, y qué significaría no sólo para su futuro, sino también para el de Kakeru. Haciendo caso omiso de la advertencia de la carta, Naho invita al chico nuevo que acaba de llegar desde Tokio, Kakeru, a salir con sus amigos después del instituto. Pero algo terrible le ocurre a Kakeru ese día. Algo que podría no haber sucedido si hubiera vuelto antes a casa. Sabiéndolo, Naho decide comenzar a seguir las instrucciones que recibe desde un mundo futuro en el que Kakeru ya no existe.

Pero hacer frente al presente sin dejar lugar para el arrepentimiento no resulta tan sencillo como debiera.

Naho, como dice la sinopsis, es una estudiante de secundario que recibe un día, sin saber cómo ni por qué, una carta que data del futuro. Su yo de veintiséis años quiere advertirle que algunas decisiones clave que va a tomar en sus dieciséis marcarán tanto su vida como la de su nuevo compañero de clase: Kakeru. Al parecer, en el futuro Kakeru ya no estará con ellos y Naho deberá evitar que eso suceda.

Los personajes se me hicieron muy reales y divinos. Todos tenían algo que me quería hacer abrazarlos, principalmente Suwa, el chico que está enamorado de Naho desde aproximadamente siempre. Todo el mundo lo sabe menos Naho. Pero ella queda impactada con Kakeru, quien le resulta atrayente y a quien se supone que debe cuidar, según las cartas recibidas.

El grupo de amigos es un condimento prácticamente esencial en los anime y en este el grupo me resultó muy tierno. Todos se ocupan de la felicidad del otro y hay sincera amistad. Es un anime donde priman el compañerismo, el altruismo, el cuidado del ser querido, la culpa, la desesperanza y los remordimientos. Sí, hay mucho remordimiento de los yos futuros hacia aquello del pasado que no han podido evitar. Todos los tenemos, ¿cuántas veces querríamos volver al pasado para haber actuado de una forma distinta? Pero también hay que aprender a aceptar nuestro pasado y nuestros supuestos errores, dejar ir las culpas con las que cargamos que no nos dejan respirar, hacer lo posible para avanzar y crecer; todo eso nos transmite y enseña la serie. 

También hay culpas que llevan a malas decisiones. Kakeru arrastra una culpa horrible por algo que sucedió el mismo día en que Naho, Suwa y los demás lo invitan a pasar la tarde con ellos. Este es el tema más delicado y humano, creo yo. Me pude identificar bastante con Kakeru, muchos somos culposos y esta serie lo sabe transmitir. La culpa es de los peores sentimientos y hay que dejarla volar lejos.

La serie tiene algunas pequeñas vueltitas de tuerca, pero principalmente es un drama con un toquecín de romance y lo más importante de todo: amistad verdadera. Lo que le faltó fue presupuesto para hacer una buena, buena animación. Al principio va bien y después derrapa bastante el tema de los dibujos. Pero la verdad mucho en eso no me fijé; la historia me tenía tan pendiente de todo que olvidaba los baches en el diseño de escenas. 

La música, oh-por-Dios, es hermosísima. Hay un tema principalmente que recomiendo muchísimo (pueden encontrar el soundtrack completo en youtube). También dejo el opening: 

Nunca había llorado de tal manera con un anime como lloré con Orange. Pero desde un comienzo, no es que lloré al final. Venía llorando por capítulos y capítulos, así que no lo recomiendo si estás especialmente sensible. Pero sí lo recomiendo para abrazar las emociones más recónditas y humanas, más sinceras y dolorosas también.